¿Eres de los que después de dormir se siente como nuevo, o por el contrario te sientes más cansado?

Si sueles dar muchas vueltas, te cuesta encontrar postura y no consigues tener un sueño reparador, entre otros factores, puede deberse a tú almohada y/o colchón. Por este motivo, es necesario conocer la vida útil que tienen. La almohada es recomendable cambiarla cada tres años y el colchón cada diez.

Otro punto importante, es saber la altura, rigidez y material que necesitamos, y estos dependen de la fisiología de cada persona. Por esta razón, empiezan a fabricarse colchones matrimoniales con zonas independientes (pueden convivir juntas dos personas que no tengan las mismas necesidades). A continuación os dejamos unas pautas orientativas:

Imagenes de ergonomía postural en la cama y de la posición adecuada de la columna, para prevenir lesiones.

  • ALMOHADAS:

Los que duermen de lado, necesitan almohadas más altas (15 cm), que los que duermen boca arriba (10 cm). En niños se recomienda que duerman sin ella o que no sobrepase los 8 cm. En caso de dormir boca abajo la almohada tendría que tener la altura de las de niño, pero esta postura no es recomendable si queremos evitar lesiones.

Si se comparte cama, lo ideal es tener almohadas indpendientes.

Si se duerme boca arriba, la almohada debe ser como mínimo de la misma longitud que la distancia entre los hombros.

  • COLCHONES:

La firmeza recomendable es aquella que garantice una posición alineada del cuerpo y que nos aporte un reparto equilibrado en los puntos de presión. Si es demasiado firme pueden doler los puntos de apoyo (puntos de presión). Si es demasiado blando es dificil mantener la alineación corporal y favorecerá las lesiones.

Aprovechad que ya estamos en fin de semana para poner en práctica estos pequeños consejos y sobre todo ¡Descansad!